El Huerto del Rey Moro era una antigua huerta precolombina situada entre las collaciones de san Román y san Julián, entre las calles Sol y Enladrillada, probablemente dependiente como huerta del convento de santa Paula en sus orígenes hortelanos.
Abandonada a su suerte, como la de los árboles y fauna que la habitaban, incluido el vecindario y sus viviendas en los barrios aledaños, este espacio de más de 5000 m² ha llegado hasta nuestros días sin ser excesivamente urbanizado ni ocupado por viviendas u otras infraestructuras en unas barriadas, las del casco histórico, que carecen de espacios verdes y de ocio públicos donde vecinas y vecinos de todas las edades, desde los más peques hasta los abueletes, puedan disfrutar de esta zona tan singular de la ciudad de Sevilla.
Declarada Bien de Interés Cultural junto a la Casa del Rey Moro en 2001, con la categoría de monumento, se encuentra amenazada por las determinaciones del PGOU 2006 que pretende construir viviendas en tan singular y único espacio, un atentado cultural y urbano contra la herencia que representa, por no hablar de la falta de respeto y atención ante las demandas del vecindario que pretenden defender este espacio con ideas, actividades, cooperación, solidaridad, trabajo, azadas y huertas.
Para ello hace ya cinco años, desde el 14febrero 2004, que un grupo de vecinas inquietas e indignadas se acercaron a este espacio, lo ocuparon y comenzaron a divulgar su existencia y potencial en el barrio, esta semilla ha germinado y comienza a dar frutos.
Para coordinar los trabajos de apoyo y disfrute del huerto del rey moro se gestó la Asamblea “la Noria” de Amig@s del Huerto del Rey Moro, lugar de reunión de las personas, asociaciones y colectivos interesadas en este espacio, su defensa, gestión, coordinación y disfrute.
Desde entonces y con el apoyo y participación de vecinas, colectivos, asociaciones, colegios y personas a título individual estamos compartiendo un proceso responsable de coordinación y gestión del espacio en el que se desarrollan proyectos como los HUERTOS ESCOLARES, con unos 600 participantes anuales de 3 colegios, HUERTOS VECINALES, organizados por 140 vecinas/os, numerosas actuaciones de teatro, música y un muy valorado y disfrutado CINE de VERANO, celebración de CUMPLEAÑOS infantiles, COMIDAS POPULARES, jornadas y debates sobre los espacios públicos, la ciudad, su patrimonio y nuestras necesidades como ciudadanos.
Todo ello en el Huerto del Rey Moro, espacio verde que cuenta con una higuera tricentenaria, moreras, acacias, limoneros y naranjos, un níspero y, probablemente, un yacimiento arqueológico de infraestructuras de irrigación de las antiguas huertas existentes compuesto por acequias, norias, pozos, aljibes y albercas. Yacimiento que la Junta de Andalucía y la Empresa Pública de Suelo argumentan para erradicar toda actividad vecinal en el lugar y comenzar la construcción de viviendas y continuar con la destrucción de nuestro patrimonio, nuestros deseos e ideas, esfuerzos y logros. Pero el vecindario lo tenemos claro, vamos a seguir disfrutando y llenando de vida este espacio ciudadano que espera que todas las vecinas/os de Sevilla puedan conocer y, por supuesto, colaborar con su participación en la gestión del espacio y la mejor organización de sus actividades.
La asamblea «la Noria» de Amig@s del Huerto del Rey Moro defiende:
– el uso del espacio integral del HRM como lugar de ocio y esparcimiento para l*s vecin*s de Sevilla, sin perder un sólo metro cuadrado de espacio verde por viviendas.
– que se rehabiliten las viviendas abandonadas en los barrios antes de construir nuevas en zonas verdes y protegidas
– que se respete el proceso vecinal abierto y participativo que gestiona y coordina el HRM y sus actividades durante los últimos 5 años.
– que las administraciones, de forma responsable, presten atención a las demandas vecinales de este y otro colectivos de la ciudad que si saben lo que quieren para sus barrios y como hacerlo, sin la intromisión de la especulación y/o el interés electoral
– la ocupación y libre uso de los espacios públicos
– la creación de espacios de convivencia y encuentro de acorde a nuestras necesidades cotidianas no mercantilizadas.